16 julio 2011


La vida era una ruina hasta que llegaste. El subsistir granuja muy lejos de las jaulas, una vida libre y peligrosa. Como estar dormido y jabonosos los sueños. La noche lluviosa y el bosque inhóspito, las linternas inservibles, el fuego inaudito, el cuerpo, a las puertas, de la hipotermia. Una ciudad oscura y nevada, intransitable, donde nunca hubo trueque y los tratos se deshacían sin mediar palabra.

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