07 diciembre 2011


Donde estoy, estorba el mal y no crece odio en la vegetación, el miedo está en desuso y la soledad es una bestia desaparecida. Aquí, a donde voy, van y vienen las veloces lanzas de la felicidad y yo no quiero esquivar ninguna. Acá se va desnudo y con el pecho abierto a las dagas dulces de la alegría. Aquí no importa salir herido, porque aquí la sal no escuece, ni las lágrimas hinchan párpados hasta reventar. Que va, aquí no hay nada malo. Todo es bueno como el pan, todo tan bueno como el cielo limpio de la noche después de todo el día lloviendo. Aquí donde estoy, tú no estás y por eso es tan buen sitio.
(...)

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