05 diciembre 2011


Líquido, gaseoso, sólido y tal vez, plasmático.
Cuatro estados para la sucia materia que nos compone;
lejos de suníes, lejos de católicos, lejos acá
atrincherados, en defensa siciliana, como si fuéramos
el tablero del ajedrez loco del coco, ácido oléico
de la mente calenturienta, con exceso de grasa
monoinsaturada, y bien vivo el virus de la demencia
y latente, multiplicado y paradójico, harto de nueces
y del ayer, flemático, atrás, porque delante
sólo miopía. El ahora, en visión desenfocada.
Hoy tambaleándose. Se diría que no estamos
o que no carbura el nodo sinoatrial.

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