27 noviembre 2011



URBE sucia y con boina
de incontables toneladas de CO2 de trucados autogiros
y el humo que acribilla las entrañas
sombra guarra y metalizada
alimento de pecera y luces
de los autos intermitentes.
Urbe va despertando del inconfesable temor de hoy.
Andar sobre el asfalto y los vidrios
y no dejar huella ni sangre.
Urbe huye sin más despedida
que la risa envidiosa de alquitrán.
Urbe muele dientes y carteras
y dinero sucio de banqueros.
Urbe, deplorable protocolo
entre el pillo y el analfabeto.
Urbe se las pira a prisa, precaria y en su tránsito obsoleta
bici patinete a pie nadando.
Urbe pasada a sable, trabuco o navaja.
Urbe en lento pasodoble de la sangre en almíbar.
Urbe puede ser lo que quiera,
y la noche, lo que nos dejen.

Uno de los poemas de Próximamente Pan